Subido el 9/07/2010
El 13 de noviembre de 1996, en el marco de la Cumbre Mundial de la Alimentación, los Estados miembro de la FAO firmaron la Declaración de Roma de la Seguridad Alimentaria en la que, entre otras cosas, asumían el compromiso de reducir a la mitad el número de personas viviendo en situación de hambre a más tardar en el año 2015.
La realidad ha sido que desde 1996 el número de personas hambrientas no sólo no ha disminuido, sino que ha aumentado sin que la comunidad internacional haya reaccionado, superando en la actualidad la vergonzosa cifra de 1.020 millones de personas hambrientas. Faltando sólo una cuarta parte del tiempo marcado para alcanzar el objetivo, estamos mucho peor que antes de empezar.
El 18 de julio del 2010 se cumplen 5.000 días de aquella firma, 5.000 días de incumplimiento de este compromiso. Y cada día que pasa mueren unas 24.000 personas --el 75 % niños y niñas menores de 5 años- por causas relacionadas con el hambre.
Cada una de esos millones de personas que sufren hambre supone una violación de derechos humanos, porque la alimentación está reconocida como tal en el Declaración Universal de Derechos Humanos.