Publicado el 29/5/2013
Un gran ejercicio de dignidad el de estos españoles exiliados en París (Francia), desemascarando a este corrupto farsante, actual jefe del Gobierno del régimen político español. Aunque, por el momento, son protestas minoritarias, son un significativo índice del estado social de descontento del pueblo español, que puede estallar en cualquier momento ante un Gobierno ilegítimo, que está gobernando sobre la base de un grave fraude constitucional, consistente en obtener la confianza del Parlamento -y la consiguiente investidura del jefe del Gobierno- de acuerdo con un programa político que después es traicionado e incumplido. Un Gobierno que hurta al Parlamento su soberanía legislativa y aprueba decenas de decretos-leyes, que están pensados para casos de excepcionalidad y extraordinaria urgencia, no para aplicar el "ordeno y mando" al margen del Parlamento. Un Gobierno lleno de corruptos y ladrones, incluido el propio jefe, un necio cobarde y pusilánime, que trampea la situación con constantes mentiras y burlas, incluso a la Unión Europea, seguro de su impunidad pues la Justicia española está controlada por el Gobierno y jamás se atreverá a investigar a sus miembros. En definitiva, una calamidad de gobernante, cuestionado incluso por su mentor, el salva patrias José María Aznar, que amenaza con volver. No, por favor, que no vuelva, que le paguen un resort por las Bahamas y que se quede por allí hablando tejano palurdo con los pies encima de la mesa. ¡Qué agobio, por favor, con estos fachas españoles!