Publicado el 18/5/2014
Un sondeo muestra como la Policía francesa practica controles de identidad discriminatorios que afectan especialmente a la población magrebí y de manera general a los extranjeros en Francia.
Le puede ocurrir cuando pasea por una calle de París o simplemente cuando sale del metro. En cualquier momento puede ser víctima de la policía y de un control de identidad discriminatorio por no ser de piel blanca, por parecer extranjero, por hablar otra lengua.
Los controles de identidad discriminatorios los sufren los ciudadanos todos los días, ciudadanos como el futbolista internacional, Lilian Thuram o la senadora Esther Benbassa cuyo único delito, a los ojos de la policía, era parecer extranjeros. El 67% de los franceses consideran que hay que tomar medidas contra esta discriminación institucionalizada.
Los sindicatos de policía niegan que estos controles discriminatorios existan, pero una reciente encuesta ha probado que una persona originaria del Magreb es controlada una media de 8 veces al año cuando un blanco de tipo occidental solo lo es 2 veces.
Las asociaciones denuncian esta situación discriminatoria y vejatoria y proponen soluciones, soluciones a las que el Gobierno hace oídos sordos. La propuesta número 30 del candidato François Hollande proponía acabar con controles de identidad discriminatorios y dos años después sigue sin hacer nada y decenas de miles de ciudadanos son sometidos a controles, detenciones y registros sin otro motivo que el color de su piel o su manera de vestir.
Juan José Dorado, París.